lunes, 31 de marzo de 2008

Meditación : por qué molestarse?

El Dhammapada, un antiguo texto budista que se anticipó a Freud miles de años, dice: «Lo que eres ahora es el resultado de lo que fuiste. Lo que serás mañana será el resultado de lo que eres ahora. Las consecuencias de una mente maligna te seguirán como el carro sigue al buey que lo tira. Las consecuencias de una mente purificada te seguirán como tu propia sombra. Nadie puede hacer más por ti que tu propia mente purificada: ni padres, ni familiares, ni amigos; nadie. Una mente bien disciplinada trae felicidad».
La meditación pretende purificar la mente. Limpia el proceso del pensamiento de lo que podrían llamarse irritantes psíquicos, cosas como la codicia, el odio y los celos, cosas que os mantienen atrapados en la esclavitud emocional. La meditación lleva a la mente a un estado de tranquilidad y presencia, a un estado de concentración y claridad (insight).



El propósito de la meditación es la transformación personal. Después de meditar no sois los mismos. La meditación cambia vuestro carácter mediante un proceso de sensibilización, y os hace más conscientes de vuestros propios pensamientos, palabras y actos. Vuestra arrogancia se evapora y la hostilidad se seca. Vuestra mente se vuelve calma y tranquila. Vuestra vida se suaviza. De este modo, la práctica correcta de la meditación os prepara para los altibajos de la existencia. Reduce vuestras tensiones, miedos y preocupaciones. Remite el desasosiego y la pasión se modera. Las cosas empiezan a ponerse en su sitio y la vida se vuelve placidez en lugar de lucha. Y todo esto sucede mediante la comprensión.
La meditación agudiza vuestra concentración y el poder de vuestro pensamiento. Entonces, trocito a trocito, vuestros motivos y procesos inconscientes se os vuelven claros. Vuestra intuición se agudiza. La precisión de vuestro pensamiento se afina, y gradualmente llegáis a un conocimiento directo de cómo son las cosas en realidad, sin prejuicios ni ilusiones. ¿Son estas razones suficientes para molestarse? Apenas. No son más que promesas sobre papel. Solo hay una forma de que podáis saber si la meditación merece el esfuerzo. Aprended a practicarla correctamente, y practicadla. Ved por vosotros mismos.

Ven. Henepola Gunaratana

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