domingo, 26 de octubre de 2008

Hacia el interior : Celebrando el Viaje de la Vida



"Desde este mismo momento comienza a explorar y recuerda no ser repetitivo. Busca siempre algo nuevo, busca algo fresco, porque no hay realmente ninguna otra meta excepto el viaje, entonces haz de él lo máximo. Hazlo tan hermoso como sea posible, tan encantado, tan creativo como tengas la capacidad de hacerlo. Y tienes infinita capacidad, simplemente está adormecida.

Sé un buscador de lo imposible, un escalador de montañas, un viajero de los caminos por los que nunca ha viajado nadie y tal vez nadie viajará. Sólo esta novedad, esta juventud puede ser llamada verdaderamente vivir. De otro modo estás simplemente vegetando....

Para ser un hombre se necesita tener valentía, porque ser un hombre significa una continua superación, una trascendencia cada día.

El verdadero viaje es hacia el interior. Sé un viajero del alma, un viajero de las profundidades mayores de la consciencia".

3 comentarios:

LaLoadeR dijo...

Hay tanta belleza a nuestro lado, pero estamos ciegos, y tenemos que ir descubriéndola casi a tientas...
Tan fácil y hermoso pareciera seguir el camino, sólo hay que sacar lo mejor de cada uno, lamentable es que a veces tb eso nos cuesta encontrar...
Cariños.

AlejandrO dijo...

y como te lo he dicho antes, gracias por esto videos que nos ayudan a despertar a ser mas concientes!!!

saludos y abrazos.

Natalia Lepe dijo...

lindas palabras como para reflexionar.
El otro día conversaba con unos amigos sobre encontrar nuestra felicidad, que no está ni en la plata, ni en la ropa, ni en cuántos eventos sociales tengamos. Muchos creen que para llegar a ser felices se necesita un novio y ya, otros que debes tener un hijo y con eso lo tienes todo, pero finalmente creo que disfrutar la vida puede no necesariamente significar que tienes un pololo o un hijo al lado.
Vivimos de espaldas a la naturaleza, en moles de cemento, con ruidos, prisas y estrés. Con unos ritmos impuestos, que en muchas ocasiones ni siquiera tenemos opción de escoger. Pero cuando miramos, por ejemplo, a los pueblos primitivos, la tendencia general es pensar que ellos son los infelices.
Yo no puedo juzgar quién es más feliz. Pero da para pensar cuál es nuestro propio nivel de felicidad, de cuantas veces al día nos paramos a respirar, recuperar nuestro centro y sentir si estamos haciendo lo que de verdad queremos. De cuantas veces sentimos que nuestra vida la controlamos nosotros mismos, y que debemos ser nosotros mismos quienes manejemos nuestros hilos.