martes, 29 de enero de 2008

Tolle, Presencia en el Ahora

Cuando cada pensamiento absorbe tu atención lentamente significa que te identificas con la voz que suena en tu cabeza. Entonces los pensamientos quedan investidos de un sentido de yo. Esto es el ego, el «yo» creado por la mente. Este yo fabricado por la mente se siente incompleto y precario. Por eso el temor y el deseo son sus emociones predominantes y sus fuerzas motivadoras.
Cuando reconoces que hay una voz en tu cabeza que pretende ser tú y que nunca deja de hablar, estás saliendo de la identificación inconsciente con la corriente de pensamientos.
Cuando notas esa voz, te das cuenta de que tú no eres la voz —el pensador—, sino quien es consciente de ella.
La libertad estriba en conocerte a ti mismo como la conciencia que está detrás de la voz.



Pensamientos, emociones, percepciones sensoriales y experiencias constituyen el contenido de tu vida. «Mi vida» es de lo que derivas tu sentido del yo; «mi vida» son los contenidos, o al menos eso crees.
Pasas por alto continuamente el hecho más evidente: tu sentido más interno Yo Soy no tiene nada que ver con lo que ocurre en tu vida, nada que ver con los contenidos. Este sentido del Yo Soy es uno con el Ahora. Siempre permanece igual. En la infancia y en la vejez, en la salud o en la enfermedad, en el éxito y el fracaso, el Yo Soy —el espacio del Ahora— permanece inmutable al nivel más profundo. Habitualmente se confunde con el contenido, y por eso sólo experimentas el Yo Soy o el Ahora levemente, indirectamente, a través de los contenidos de tu vida. En otras palabras: tu sentido de Ser queda oscurecido por las circunstancias, por la corriente de pensamientos y por todas las cosas de este mundo. El Ahora queda oscurecido por el tiempo.
Y así olvidas que estás enraizado en el Ser, en tu realidad divina, y te pierdes en el mundo. Confusión, ira, depresión, violencia y conflicto afloran cuando los seres humanos olvidan quiénes son.
Sin embargo, qué fácil es recordar la verdad y volver a casa.

Yo no soy mis pensamientos, emociones, percepciones sensorias y experiencias. Yo no soy el contenido de mi vida. Yo soy Vida. Yo soy el espacio en el que ocurren todas las cosas. Yo soy conciencia. Yo soy el Ahora. Yo Soy.

Eckhart Tolle

lunes, 28 de enero de 2008

Krishnamurti, La Atención

La mente, que está parloteando, siempre en movimiento, que es el pensamiento contínuamente mirando hacia atrás, recordando, acumulando conocimiento, cambiando constantemente, ¿puede estar completamente quieta? ¿Ha intentado alguna vez descubrir si el pensamiento puede estarse quieto? ¿De qué forma va a averiguar cómo producir esta quietud del pensamiento?. El pensamiento es tiempo y el tiempo es movimiento, medida. En la vida diaria usted mide, compara, tanto en lo físico como en lo psicológico. Eso es medida; la comparación significa medida. ¿Puede usted vivir sin compración en la vida diaria?





¿Le ha puesto alguna vez atención a algo de manera total? ¿Le está usted prestando atención a lo que dice el que habla? ¿O escucha con una mente comparativa que adquirido cierto conocimiento y está cotejando lo que se dice con lo que ya sabe? ¿Está interpretando lo que se dice según su propio conocimiento, tendencia o prejuicio? Eso no es atención, ¿verdad? Si presta completa atención con su cuerpo, sus nervios, sus ojos, sus oídos, su mente, con todo su ser, no hay centro desde el que esté atendiendo, solo hay atención. Esa atención es silencio completo.

Krishnamurti

domingo, 27 de enero de 2008

Mentes Brillantes

En busca de la felicidad

sábado, 26 de enero de 2008

Niveles de consciencia

Sólo somos conscientes de lo que conocemos. Los seres de un supuesto mundo de dos dimensiones, no tienen "consciencia" de los objetos tridimensionales.



De una manera general, el hombre puede conocer cuatro estados de conciencia: el sueño, el estado de vigilia, la conciencia de sí, y la conciencia objetiva. De hecho, el hombre solo vive en dos de esos estados, el sueño y la vigilia. En rigor, habría que decir que éste último no es sino otra forma de sueño. Apenas es necesario hacer constar que, en la vida ordinaria, el sujeto humano nada sabe de la conciencia objetiva. En cuanto al tercer estado, la conciencia de sí, suele atribuírsela, sin percatarse de que, en realidad, sólo puede alcanzarla en momentos muy excepcionales, por ejemplo, en situaciones de peligro o en circunstancias nuevas e inesperadas.

Es claro que el hombre no puede tener un conocimiento cabal de sí mismo mientras permanezca en los dos primeros estados de conciencia. Solo la conciencia de sí nos permite vernos tal como somos. Por último, la conciencia objetiva supone no sólo el conocimiento de nosotros mismos, sino también el del mundo en su totalidad.

Surge entonces una cuestión fundamental: ¿Es posible tornarse conscientes en el sentido más estricto del vocablo? ¿Cómo alcanzar la conciencia de sí? El primer obstáculo a su desarrollo es la convicción de que uno ya la posee o, en cualquier caso, puede evocarla a voluntad. Por eso la adquisición de la conciencia de sí exige un esfuerzo arduo y prolongado, que ha de partir del conocimiento de la constitución y de la dinámica de la máquina humana.

El camino del guerrero

"Un guerrero no deja de hacer lo que el ama, el encuentra el amor en lo que hace". "Todo tiene un propósito, y a cada uno le concierne encontrarlo. Este momento es lo verdadereamente importante"



El Camino del Guerrero se basa en el trabajo del exitoso escritor y guía espiritual Dan Millman, del mismo título y de su propia experiencia.

A través de Sócrates, el anciano que en apariencia, sólo posee mucha destreza en sus movimientos, Dan comenzará un viaje de descubrimiento y aprendizaje en donde valorará más la inteligencia y la propia fuerza del espíritu, en lugar de la simple fortaleza del cuerpo.

Una historia que muestra una impactante forma de existir y en donde sólo se debe vivir el presente.